LA ATENCIÓN SERENA
El maestro y el discípulo emprendieron
un apacible paseo por el campo al atardecer.
Caminaban tranquilamente, uno al
lado del otro, en silencio.
De súbito, el discípulo interrogó a su mentor:
- ¿Puedes instruirme en la verdad?
El maestro preguntó:
- ¿Escuchas el trino de los pájaros y el
rumor del torrente?
- Sí, maestro, los escucho -repuso el
discípulo.
Y el maestro dijo:
-
Entonces, amigo mío, no tengo nada que enseñarte.
Cuento extraido de un post de "Contenido Cero"
ResponderEliminarMaravilloso!
ResponderEliminarEsta al alcance de todos, sólo hay que prestar atención...
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Atención, atención, atención
ResponderEliminarUn abrazo Gorka
Estas son las enseñanzas de la belleza y la suavidad.Gracias Xaro La
ResponderEliminarY tan preciosas, verdad?
EliminarBesitos Dayana
Más claro imposible, sólo es cuestión de prestar atención a los sentidos.
ResponderEliminarUn beso.
La atención, la madre de la meditación.
EliminarBesitos Leti
Gran maestro cuanta humildaed en sus palabras y gran enseñanza
ResponderEliminarSomos afortunados si sabemos apreciar lo que nos regala el Universo a manos llenas
Gracias amiga por esta entrañable entrada
Cuánto más humilde más grande es uno
EliminarAbracitos Arianna
Sin duda, un gran Maestro.
ResponderEliminarLa naturaleza presente en sus palabras, pero es necesaria esa humildad para expresarlas.
Ese es el camino.
Gracias, Xaro.
Un beso.
Ese es el camino, yo creo que sí.
EliminarUn abrazo JC
No hay palabras para expresarlo. Si las hubiera, no sería acertado. Por eso sólo señalamos, como haces maravillosamente, Xaro La. Bendiciones.
ResponderEliminarGracias amigo Smoooz.
EliminarBendiciones para ti también.