Hermoso, Xaro.De ese intenso olor a romero se impregna el haiku. Se lo puede sentir...Gracias, amiga.Un beso.
Gracias Juan Carlos, los aromas de la montaña se llevan cuando uno se alejaUn abrazo amigo JC
La belleza del romero florecido suaviza la dureza de las rocas... asi ha de ser, cuantas cosas se nos regalan para suavizar otras tantas! Besos...
Me encantan tus comentarios Elisenda, hay una parte de realidad y otra de espiritualidad que siempre coincido contigoUn cálido abrazo amiga
¡Muy buen haiku,Xaro! Las percepciones ahí,a pleno,para llenar nuestros sentidos! besos
Gracias Lilí, qué sería de nosotros sin esas percepciones?Cariños y abracitos
Hermoso, Xaro.
ResponderEliminarDe ese intenso olor a romero se impregna el haiku. Se lo puede sentir...
Gracias, amiga.
Un beso.
Gracias Juan Carlos, los aromas de la montaña se llevan cuando uno se aleja
EliminarUn abrazo amigo JC
La belleza del romero florecido suaviza la dureza de las rocas... asi ha de ser, cuantas cosas se nos regalan para suavizar otras tantas! Besos...
ResponderEliminarMe encantan tus comentarios Elisenda, hay una parte de realidad y otra de espiritualidad que siempre coincido contigo
EliminarUn cálido abrazo amiga
¡Muy buen haiku,Xaro! Las percepciones ahí,a pleno,para llenar nuestros sentidos! besos
ResponderEliminarGracias Lilí, qué sería de nosotros sin esas percepciones?
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